Somos hijos de una casualidad que nos puso en donde ahora estamos.
Nos desespera el sólo pensar que estamos inmensamente solos en un mundo que no podemos a un explicar del todo.
Tal fue el miedo de nuestros antepasados que decidieron explicar todo
con una causa fin mística. A medida que el tiempo pasaba las preguntas
se hicieron más complejas y los sistemas necesarios para sacar al hombre
de apuros avanzaron paralelamente.
Ni el avance más estrepitoso de la ciencia puede con la fe. Esto a
causa que la fe judeocristiana con el correr del tiempo se convirtió en
un negocio más para el sometimiento. Desde el Vaticano hasta el pastor
del lugar más recóndito se manejan reproduciendo una lógica de
dominación del hombre por el mismo hombre disfrazado de ser superior.
Sólo aceptar la realidad tal cual esta dada y en la forma que la podemos conocer nos hará ser verdaderamente humanos.