martes, 18 de febrero de 2014

El Gran Hermano

Cuando caminamos por la calle no hacemos otra cosa que negar nuestro sentir humano, para ser mas serios, un poco mas civilizados. No somos mas que una distorsión de lo que el hombre es en sí, al final de cuentas parecemos ser maquinas biológicas que corren de una lado a otro para cumplir, con las necesidades supra conscientes de una voluntad colectiva, que no es otra cosa que la tiranía del dictador invisible de la económica capitalista que deja todo librado a los sentimientos mas primitivos y feroces del ser humano.

Ya hemos dejado de producir, de estudiar y de trabajar en pos de nuestra felicidad, ahora lo hacemos para alimentar a ese monstruo que hemos creado en nuestro miedo de reconocer nuestra parte mas débil pero realmente humana.

No somos lo que queremos, sino lo que el dictador invisible quiere. Nuestra producción no se orienta a nuestra satisfacción sino que sirve de alimento para ese ente represor que denominamos mercado, lo que recibimos no son mas que migas para sobrevivir y seguir alimentado a ese inmundo ser. Nunca dejamos de trabajar,  descansamos poco y vemos frutos escasos de nuestra gran labor.

No estudiamos lo que nos gusta sino aquello que tiene salida, dicho de otra forma aquello que es útil para alimentar a la criatura. Nos torturan y nos torturamos con ideas y conceptos abstractos ajenos a nosotros que tratan de que veamos la realidad por medio de un lente que oculta todo el dolor de vivir de tal forma. Lo importante es negar el sufrimiento de vivir deshumanizadamente y formar gente capaz de alimentar al tirano que cada día pide mas.

El arte ya no es arte, deja de ser la materialización mas pura del sentimiento humano para convertirse en una mera mercancía. Lo bellamente humano no existe mas, solamente existe lo horrendamente productivo.

Desde que podemos recordar somos educados para ser útiles, esto implica verse como un engranaje de una gran maquina que es la sociedad de mercado.

Somos unos seres individualizados al extremo, donde solo nos relacionamos para producir. El sistema nos vuelve unos contra otros sacando lo peor de nosotros mismos, los sentimientos mas destructivos del hombre. Que estupidez mas grande el intentar hacer creer que somos egoístas por naturaleza.

Los sentimientos mas nobles del ser humano quedan resignados a la privacidad, a esos miseros momentos libres que tenemos. Solamente somos humanos en una mínima porción de nuestras vidas, el resto del tiempo somos unos seres angustiados negándonos constantemente de miles de formas la realidad.

lunes, 17 de febrero de 2014

El egoismo de la muerte como fin absoluto


Creo que la muerte no existe no es mas que una construcción egoísta del narcisismo humano de creerse el centro de todo lo existente, que seamos capaces de definir, no nos hace dueños del todo.

Esa absurdo sentimiento inconsciente que anida en el corazón de la humanidad como universal de creer que la existencia es tal desde que abrimos los ojos y deja de ser cuando los cerramos por última vez. Nuestra imposibilidad de aceptar tal realidad nos llevó a quererla explicar de las formas mas ilógicas que nos fueron posibles, como la idea de que un ser pensante como Dios es el dueño de todo. Tenemos un terror inmenso de nuestra pequeñez consciente en un universo que no podemos explicar del todo, el miedo al fin de la consciencia es tan tremendo que buscamos el consciente universal trascendente por donde sea.

La energía es eterna, nuestros cuerpos son energía pura, la muerte no es otra cosa que un pase de estado a otro de la energía. La humanidad es una energía como universal, la reproducción representa la prolongación de la energía existencial del hombre como raza. No somos otra cosa que un estado que ha tomado la energía en un corto periodo de la eternidad. Lo que podemos afirmar que en cuanto energía sí somos eternos.

El mundo objetivo sigue su curso normal luego de nuestra muerte, no se detiene. El único producto de la muerte es el cese de una posibilidad consciente transformadora de la energía.

No somos otra cosa, mas que energía con consciencia tratando de ser mas de lo que somos, queriendo jugar a ser creadores del todo creador.

Algo que nos define como humanos es la capacidad de comprender el mundo, por ende somos mas humanos en la medida que mas comprendemos y para tal fin es necesario abandonar las falsas concepciones que nos impiden progresar como seres pensantes. Basta de creer en seres imaginarios, en éticas suprahumanas, en universos eternos donde no hay movimiento, en creer que cosas como el amor son eternas. Pongamos cese a las mentiras del miedo pensante.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Las redes sociales como complemento del periodismo y la ficción.



Es ineludible considerar que en el ultimo tiempo las redes sociales juegan un papel preponderante en la sociedad, sobre todo en el espectro de los adolescentes y los jóvenes.

Quién pensaría años atrás que fuese posible de forma tan sencilla hacer publicas las ideas o conocer a cientos de personas sin necesidad de salir afuera.

Antes del acceso masivo al Internet, la televisión y la radio casi monopolizaban  los medios de comunicación de masas. Los diarios se vieron relegados por la radio y luego esta por la televisión.

Pareciera que la televisión fuera a correr el mismo destino con respecto al Internet, sin embargo algunos medios encontraron una vuelta de tuerca para lo que podría llegar a ser un sustituto se convierta en un complemento. Me refiero con esto a que ahora muchos periodistas de opinión se comunican en las redes sociales con sus seguidores para saber cuales son sus inquietudes y deseos para de esta forma articular su programa en base a lo que su publico quiere.

Esto se ha hecho extensivo a la radio y al diario inclusive con sus incursiones en la web 2.0 desde donde los lectores en la mayoría de los casos pueden emitir sus comentarios al respecto de los temas tratados.

Los cantantes, deportistas, faranduleros de todo tipo; como también los políticos utilizan las redes sociales para acercarse a la gente.  Este acercamiento los humaniza mucho mas.


El avance del Internet y su interralación con los de mas medios de comunicación es tan profundo que llegó a las tiras de ficción de diferentes formas. Una telenovela cordobesa innovo de una manera genial en este aspecto creando perfiles en Facebook de los personajes de la novela los cuales interactuaban en forma directa con el publico, esto conllevo hacer mas real la ficción. Otro hecho similar fue el que utilizo una popular cadena extranjera en el cual dieron un episodio interactivo de una conocida serie, en la cual el publico podía ir votando por medio de una aplicación móvil como deseaban que se fuera desarrollando la trama de la historia. Es de destacar también un programa dedicado al segmento del público juvenil, desde donde también se presenta un pequeña historia en la cual se da al publico la posibilidad de elegir entre una serie de opciones lo que debe hacer el personaje. Es importante mencionar que los panelistas del programa tratan de que las redes sociales jueguen un papel importante a lo largo de todo el programa.


No se puede ignorar los beneficios que vienen de la mano con el nexo que tiene el Internet con el resto de los medios de comunicación posibilitando una democratización de lo que el publico desea ver.


Pero el uso abusivo de los mismos puede llevar a situaciones que no serían las ideales. Pensemos en que sentido tendría una ficción en la cual nosotros mismos elegimos el final, ya no quedarían obras maestras de las sorpresas, si no que se desplazaría la creatividad solitaria del artista al deseo repetitivo de los finales predecibles.


Por otra parte a veces las redes sociales pueden ser factor de alejamiento cuando preferimos hablar por medios virtuales antes que cara a cara, con la misma fuerza que nos acercan nos pueden alejar.

Me paso que una vez llegué a una reunión y nadie hablaba, estaban todos agachaditos mirando sus teléfonos, hasta que alguien me dijo entra al grupo de Whatsapp así hablamos. Si bien el relato no apunta en forma directa a los medios, si demuestra la fuerza de alejamiento que puede tener el mal uso de las nuevas formas de comunicarnos.


Las redes sociales llegaron para quedarse ahora depende de nosotros brindarles un uso adecuado o hacer un abuso de ellas tocando extremos poco saludables para la socialización diaria.